Ley Sinde
Las intenciones de Ángeles González-Sinde esta provocandoriadas de bit's en los servidores de la Red de Redes, y no solo en internet, también son numerosas las tertulias y debates que se han originado en las emisoras de radio,televisión o periódicos.
Precisamente en el último número de la revista “Quo”, debaten sobre las intenciones de la propuesta de ley. Incluso ayer en “20minutos” podíamos leer esto.
Polémicas políticas aparte, lo que si es cierto que numerosos artistas e intelectuales de este país se han levantado y pronunciado en contra de lo que promulga las sociedades de autores, productores de música, cine, etc. Podemos recordar aJoaquín Sabina o Amaral que en una entrevista afirmo: "Los delincuentes suelen estar en el despacho de las discográficas.
También tenemos ejemplos de acciones directas contra las discográficas como el grupo
A partir de ahora mis novelas [...] podrán descargarse gratuitamente en “Internet” y todos los periódicos o revistas que lo deseen están autorizados a publicarlas al estilo de las antiguas novelas por entregas con la diferencia que en este caso no tendrán obligación de pagarme nada en concepto de derechos de autor.Podéis leer la carta completa aquí. No tiene desperdicio.
[...]los lectores que tienen que resignarse a pagar el precio que marca el editor que ha adquirido los derechos en exclusiva de un determinado libro o aguardar años hasta que se edite en bolsillo. Y se me antoja injusto porque la cultura es tan importante como comer o vestirse [...]
[...]Personalmente prefiero que me lean dos estudiantes, obreros o secretarias en el autobús por siete euros, que un alto ejecutivo en su cómodo despacho por veinte, porque aunque gane menos si el libro es bueno esos dos lectores se convertían en cuatro y luego en ocho, y resulta evidente que existen muchos mas obreros, estudiantes y secretarias que altos ejecutivos. Y si el libro es malo ni unos ni otros lo compraran.
Siento curiosidad por saber si las editoriales continuaran con su absurda política inmovilista[...]
Resultará muy interesante comprobar si los Ministerio de Cultura y Hacienda seguirán opinando que es preferible que los empresarios- en este caso los editores- continúen manteniendo el privilegio de abaratar los precios únicamente cuando les convenga sin tener en cuenta los intereses de los lectores, al tiempo que no cesan de apretarle las clavijas al pobre trabajador- en este caso el autor.[...]AV-F
Como menciona Vázquez-Figueroa, la cultura debe ser universal y llegar a todos, sea cual sea su condición económica, y no porque tengamos un gobierno socialista que no practica el socialismo tenemos que rendirnos a las exigencias de las multinacionales.
Hace algunas semanas vimos en televisión como algunos cantantes, impulsado por alguna productora, se manifestaban en Madrid en contra de las descargas. El caso es que yo aun no he visto a El Canto del Loco, Melendi, Estopa o otros muchos, quejarse, y seguro que ellos son líderes de descargas en la red.Supongo que estos últimos prefieren que sus fans sepan sus canciones en los conciertos aunque no hayan podido comprar el disco original en plena crisis.
Y hablando de desagradecidos, no nos podemos olvidar del cine español. La otra semana escuche a un tertuliano de “Hora 25” decir que un director de cine, amigo suyo, le había confesado que él, empezaba a rodar sus películas cuando estaban 100% financiadas, es decir, que gracias a las subvenciones del Ministerio de Cultura, ese director, antes de empezar ya tenia pagada toda la película, la mayor parte gracias a nuestros impuestos, y obtenemos un film de dudosa calidad, y se enfadan si elegimos gastar nuestro dinero en otra película, porque además ir al cine no es para nada barato.
En definitiva, que si llegara el día en que no pudiéramos descargar nada de cultura a través de la red, de forma gratuita, yo no compraría más discos que ahora, ni iría más al cine de lo que lo hago ahora y compraría el mismo número de libros. La diferencia seria que nunca oiría la música que me interesa menos, y la mayoría de las películas españolas y otras extranjeras que no me inspirasen confianza, no las vería nunca.
Conmigo y con mucha gente como yo, esta industria no pierde dinero, es más, salen ganando, porque si no pudiese descargar de Internet, no me interesaría pagar por muchos de sus productos de minima calidad y no se lo merece.
Creo que la solución no esta en la prohibición de las descargas, si no en buscar métodos alternativos para hacer llegar la cultura a todos, utilizando las nuevas tecnologías como mediador entre los creadores y los consumidores, pero sobre estas soluciones escribiremos otro día...
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